Ahora mismo podemos leer este titular en la portada de elmundo.es:
Y el lector se preguntará quién es el presidente Abbott. Las declaraciones entrecomilladas que acompañan al titular no ayudan mucho a aclarar su identidad. Si el destinatario de las amenazas del menor australiano enrolado en el Estado Islámico (EI o IS si se opta por sus siglas en inglés) es el presidente Abbott, habría que contar quién es. Con todo el respeto para ese político, no es tan conocido como el inquilino de la Casa Blanca -Barack Obama- ni la del Palacio de Buckingham -la reina Isabel de Gran Bretaña e Irlanda del Norte- aunque comparta con estos dos la condición de objetivo del EI.
Quien ha elegido el titular da por entendido que Tony Abbott es australiano al hablar de un joven terrorista de esa nacionalidad que apunta contra él. Hasta ahí, todo correcto. Sin embargo, Abbott no es presidente de Australia, pues ese cargo no existe.
Australia es un Estado independiente, pero no una república. La forma de gobierno de ese país es la monarquía, y quien lleva la corona es la ya aludida Isabel II. Hoy lo que toca no es recordar los lazos que unen a Australia con el Reino Unido, sino aclarar quién ejerce las funciones de gobierno en ese país oceánico. Y ese puesto no es del de presidente, sino el de primer ministro.
Por ello, el titular no es válido. Podría solucionarse sustituyendo "presidente Abbott" por "primer ministro". En la entradilla o sumario se debería explicar que son amenazas al jefe del Gobierno de Australia. También habría que incluir las advertencias a la Casa Blanca. Para mencionar el Palacio de Buckingham, hay que reconocer que no quedaría suficiente espacio.