Los principales medios españoles coincidieron ayer en que el resultado de las elecciones catalanas supuso un fracaso rotundo para quien las convocó, Artur Mas. Tienen razón. El presidente de la Generalitat y líder de CiU cometió la irresponsabilidad de adelantar los comicios cuando no correspondía, guiándose por sus propios intereses políticos -abrir un debate identitario para ocultar los problemas reales de Cataluña- y el tiro le salió por la culata.
En las anteriores elecciones, hace apenas dos años, la candidatura liderada por Mas obtuvo 62 escaños. Ese resultado fue todo un éxito para la formación nacionalista, que quedó a sólo seis diputados de la mayoría absoluta (en el Parlamento catalán hay 135 escaños). El president quiso aumentar su ventaja en la cámara autonómica para hacer y deshacer a su antojo, pero la jugada no le salió como esperaba: la pérdida de 12 parlamentarios respecto a 2010 le hará depender aún más de otros partidos para garantizarse la gobernabilidad.
Los diarios coinciden en el descalabro de Mas, pero muchos de ellos también tienen en común el hacer lecturas precipitadas del veredicto de las urnas. Comencemos por la de Abc, que lo interpretó como acostumbra: a su manera.
El titular es acertado, pero la frase en amarillo que lo precede es un tanto apresurada. Considerando que Mas tiene posibilidades matemáticas de formar gobierno con ERC (21 escaños), partido con una clara vocación soberanista, el rechazo a la independencia por parte de los electores no queda tan claro. Es posible que buena parte de los simpatizantes de CiU no sean independentistas, pero sí lo son -o juegan a serlo- el líder y la plana mayor del partido. Por lo tanto, ese rechazo a la independencia que alude Abc no se refleja en un Parlamento donde los partidos que defienden la autodeterminación suman el mayor número de diputados.
Este comentario nos dirige a la portada de La Razón, ilustrada con un gráfico que habla de "retroceso de los independentistas".
Los partidos soberanistas han perdido un 0,8 por ciento de los votos respecto a lo registrado en 2010. ¿Perder menos de un 1 por ciento de los sufragios da pie a hablar de retroceso? Ahí queda ese debate, pero toca abrir otro: La Razón excluye a ICV del frente independentista.
Como ocurre con los votantes de CiU, habría que hacer una encuesta entre los electores de ICV para saber qué porcentaje de ellos está a favor de la permanencia de Cataluña en España y cuántos aceptarían una posible secesión. Digo esto porque los diputados de ICV-EUiA apoyaron el pasado septiembre en el Parlament la convocatoria de una consulta de autodeterminación en la próxima legislatura, luego no parece muy apropiado que este periódico los incluya en el mismo saco que a PSC, PP y Ciutadans, especialmente los dos últimos.
El Periódico habla de "batacazo" de Mas, pero ese correcto análisis queda empañado por esta conclusión en un sumario de portada:
Lo de que Mas "no amplía la mayoría soberanista" no es exacto. En lugar de la debió decir su, porque lo que el líder de CiU deseaba era la mayoría absoluta de su partido para pilotar así el proceso soberanista. Si Mas se hubiera conformado con que los partidos pro autodeterminación fuesen mayoría no habría convocado elecciones, porque esa superioridad ya existía en el Parlament que disolvió: 62 diputados de CiU, 10 de ERC y cuatro de Solidaritat.
El Mundo se mofa de Mas con este titular, demostrando una vez más su tendencia a opinar en lugar de a informar:
Pese a haber obrado de modo irresponsable dando publicidad a una concentración en apoyo a Mas en la jornada de reflexión, La Vanguardia publicó tras el 25-N una portada bastante razonable:
El País, como La Razón, subraya que el soberanismo "cede terreno" pero, al contrario que ésta, no olvida destacar la "recuperación" de ERC.
Conclusión personal: el panorama político en Cataluña está demasiado embarullado para andar sacando conclusiones.
Yo no opongo el debate identitario a los problemas reales. Para mí es un problema bastante real, y de hecho todo el mundo juega a eso y se moviliza por eso más que por otras cosas.
ResponderEliminarY ya por decir algo, diré que el más preciso me parece el de La Vanguardia (sorprendentemente porque lleva unos cuantos meses con una línea editorial entre posesa y febril).
También estaba pensando que el ridículo más grande en 30 años de política autonómica es el del PSOE de Madrid en 2003 con lo del Tamayazo.
Estoy de acuerdo en que lo identitario es un problema bastante real, pero en mi opinión menor que el asunto del paro en Cataluña, que es tan alarmante como el desempleo existente en el conjunto de España. Sobre lo identitario, como apuntas en tu blog, hay mucha gente que no tiene claro qué es lo que quiere.
EliminarSí, lo de 'La Vanguardia' últimamente estaba siendo un programa de CiU. Y estoy de acuerdo en lo del 'tamayazo', fue algo de circo, tanto por parte del PSOE como del PP. Lo de la comisión de investigación fue de traca.
Curiosamente la correlación entre "parado laboralmente" y "activo políticamente" es muy baja. La política identitaria no resuelve el paro, pero sí qué grupos van a tener mayor probabilidad de engrosar sus filas.
EliminarPor cierto, que hoy he leído que algún destacado de CiU llamaba traidores a los de La Vanguardia. Es de risa:
http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/guantanamo/2012/11/27/al-capone-y-joe-dalton.html
Es para partirse la caja lo de los traidores. No entiendo por qué algunos políticos catalanes insisten en enfrentar a Cataluña con España cuando hay tanto en común: la política catalana es un circo, como la española.
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