Ayer tuvimos noticia del despido de 138 periodistas del diario El País. Un nuevo episodio negro que añadir al ya de por sí aciago panorama actual de la prensa española, agravado recientemente por los casi 200 despidos en Unidad Editorial, empresa editora de los periódicos El Mundo, Marca y Expansión.
Desde hace tres años largos prácticamente no hay medio de comunicación, ya se trate de papel, radio o televisión, que no anuncie cada equis tiempo una reducción drástica de su plantilla. Puede que los directivos de las sociedades editoras se ahorren mucha pasta enviando tantos trabajadores a la calle -y de paso, manteniendo unos privilegios complicados de justificar-. Pero no entienden -o no quieren entender- que prescindiendo de tantos profesionales de la información, en especial de los veteranos que saben hacer bien su trabajo, están hiriendo de muerte al periodismo.
El despido masivo de personal cualificado está propiciando que en las redacciones un solo periodista tenga que hacer el trabajo de varios, con el consiguiente resultado negativo en la calidad del servicio prestado. O algo peor todavía: se encomienda a redactores inexpertos la labor que antes desarrollaban personas que sí conocían el ejercicio de la profesión.
Un inexperto cobra un sueldo miserable en comparación -y sin comparar- con lo que ganaban muchos de los periodistas despedidos. Pero ese ahorro en los costes de producción acaba saliendo muy caro a la empresa, porque afecta, y de forma muy negativa, al producto que debe vender: una información veraz, contrastada y de calidad.
Una de las grandes víctimas de la grave crisis de la prensa española es el diario Público, cuya edición impresa desapareció a mediados de 2012. Ahora sólo queda en pie su versión online, que ayer informó con estas palabras de los despidos en El País:
Lo correcto para la primera oración del párrafo que complementa el titular sería: 'La dirección de Prisa comunica a la plantilla que prescindirá de más de un cuarto de la misma'. Hasta un niño de 12 años podría haber dado con una frase adecuada. El despido de tantos profesionales tendrá como consecuencia que errores de redacción como el aquí denunciado pasen a ser regla en lugar de excepción. Al tiempo.
El despido masivo de personal cualificado está propiciando que en las redacciones un solo periodista tenga que hacer el trabajo de varios, con el consiguiente resultado negativo en la calidad del servicio prestado. O algo peor todavía: se encomienda a redactores inexpertos la labor que antes desarrollaban personas que sí conocían el ejercicio de la profesión.
Un inexperto cobra un sueldo miserable en comparación -y sin comparar- con lo que ganaban muchos de los periodistas despedidos. Pero ese ahorro en los costes de producción acaba saliendo muy caro a la empresa, porque afecta, y de forma muy negativa, al producto que debe vender: una información veraz, contrastada y de calidad.
Una de las grandes víctimas de la grave crisis de la prensa española es el diario Público, cuya edición impresa desapareció a mediados de 2012. Ahora sólo queda en pie su versión online, que ayer informó con estas palabras de los despidos en El País:
Lo correcto para la primera oración del párrafo que complementa el titular sería: 'La dirección de Prisa comunica a la plantilla que prescindirá de más de un cuarto de la misma'. Hasta un niño de 12 años podría haber dado con una frase adecuada. El despido de tantos profesionales tendrá como consecuencia que errores de redacción como el aquí denunciado pasen a ser regla en lugar de excepción. Al tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario