martes, 3 de febrero de 2015

ISIS: decapitar o degollar, ejecutar o asesinar

La palabra rodeada en el siguiente titular puede verse en cualquier medio en español cada vez que se habla de los crímenes del grupo terrorista Estado Islámico (EI o ISIS si se aplican sus siglas en inglés): 



No he visto vídeos del momento exacto de la muerte de James Foley, Kenji Goto y otros rehenes a los que el ISIS segó la vida, pero sí imágenes de los instantes previos a la perpetración del crimen, y me parece complicado que un hombre pueda decapitar a otro usando un cuchillo como arma homicida. Lo que han hecho esos terroristas es cortar el cuello a sus víctimas, una acción que en lengua castellana se expresa con la palabra degollar

Quienes sostienen que decapitar es lo mismo que degollar ¿dirían también que una persona a la que se le ha cortado la cabeza ha sido víctima de un degüello? ¿Fue entonces degollado Pompeyo el Grande? ¿Y Juan el Bautista? ¿Y Juan Bravo? ¿Y qué decir de Ana Bolena y Tomás Moro? ¿Y de Luis XVI, María Antonieta y Robespierre? Seguro que en esos casos no aceptarían de ningún modo jugar a los sinónimos. 

Leo la prensa en inglés y veo que utilizan la palabra behead, cuya traducción es decapitar. Luego busco degollar en un diccionario español-inglés y compruebo que en la lengua de Shakespeare no hay una palabra específica para describir esa acción. Para hacerlo, han de decir lo equivalente a cortar la garganta

Los angloparlantes son muy dados a los titulares escuetos y directos. Por ello, una acción que requiere más de una palabra para definirse casa mal con su mentalidad. Desconozco si esa es la razón del uso de behead, pero desde luego la palabra inglesa no debe servir a la prensa hispanohablante de modelo a seguir -si es que ese es el motivo de que nuestros medios utilicen decapitar, algo que también ignoro-. Sea en el idioma que sea, el ISIS degüella a sus víctimas, no las decapita

A continuación, otro error frecuente en los medios españoles al tratar la información sobre este grupo terrorista:



Si los secuestradores anuncian que van a "ejecutar" a su rehén, esas son sus palabras y es correcto publicarlo así -a ser posible, sin omitir las comillas-. Los captores se creen legitimados para matar, pero realmente no lo están. De esta forma, una vez perpetrada su acción, lo que han cometido es un asesinato y así deberá reflejarlo la prensa. Para ellos será una ejecución, pero no puede serlo para nosotros.  

Parece que las cosas tienen que afectarnos directamente para que las llamemos por su nombre. ¿Se imaginan a la prensa definiendo la muerte de Miguel Ángel Blanco a manos de ETA como una ejecución? Ni por asomo. Aquello fue un asesinato en toda regla, y lo mismo han sido los crímenes del ISIS. 

2 comentarios:

  1. Acabo de conocer su blog y me parece muy útil. ya sigo Malaprensa y otras páginas dedicadas a la detección de errores en la prensa.

    Pero en un blog dedicado a promover la precisión, creo que no se deben dejar pasar los errores sin comentarlos. Pompeyo el Grande no fue decapitado, se suicidó tras perder la batalla de Farsalia contra César, lo que dió a este último la oportunidad de lamentar que su suicidio le impidiera perdonarle la vida. Si se la habría perdonado o no de haberse dado el caso, nunca podrá saberse.

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    1. Muchas gracias por su comentario, Félix. ¿Me podría recomendar alguna lectura o cualquier otro documento sobre el suicidio de Pompeyo? Siempre he oído que fue asesinado tras desembarcar en las costas de Egipto y su cabeza entregada a César por Tolomeo XIII.

      Malaprensa es un blog estupendo, especialmente para denunciar la cantidad de incongruencias que se ven en los gráficos de prensa.

      Un saludo y gracias de nuevo por su comentario.

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