Según este artículo de El Mundo, Carlos de Inglaterra, el eterno Príncipe de Gales, tiene un nuevo disgusto que añadir a su lista:
No me voy a centrar en la errata ni en las repeticiones rodeadas en los subtítulos, sino en el ninguneo con el que presuntamente es castigado el heredero al trono británico.
Ningunear, de acuerdo con la RAE, es no hacer caso de alguien, no prestarle atención, y también puede significar menospreciar a alguien. Leo el texto de El Mundo y me parece que quienes ningunean a Carlos no son sus consuegros, los Middleton, sino su primogénito, el príncipe Guillermo, y la mujer de éste, Kate Middleton.
Al fin y al cabo, es el Duque de Cambridge quien tiene el vínculo de sangre con el Príncipe de Gales -lo que implica o debería implicar tener un trato frecuente-, pero por lo visto prefiere pasar más tiempo con los padres de su señora que con el suyo propio. Es decir, Guillermo y Kate ningunean a Carlos y hacen más caso a los Middleton. En mi opinión, la noticia está en que Carlos cree que Guillermo se ha "middletonalizado", como afirma la crónica, y no en la aparente falta de contacto entre consuegros.
El artículo señala que al hijo mayor de la reina Isabel II le incomoda que Michael y Carol Middleton sean "protagonistas demasiado a menudo de las páginas de los medios de comunicación". No sé hasta qué punto los padres de Kate protagonizan las portadas. En caso de que la atención recibida por ellos sea o llegara a ser mayor que la dedicada al príncipe Carlos, éste estaría siendo ninguneado, pero no por los Middleton, sino por la prensa.
Desde mi punto de vista, hay dos opciones para titular correctamente esta crónica. Si se elige destacar el enfriamiento de la relación entre padre e hijo, podría valer Carlos de Inglaterra, ninguneado por Guillermo y Kate. Y si se opta por el creciente protagonismo mediático de sus consuegros, bastaría con cambiar una sola palabra del titular publicado por El Mundo: El príncipe Carlos de Inglaterra, eclipsado por los Middleton.
No me voy a centrar en la errata ni en las repeticiones rodeadas en los subtítulos, sino en el ninguneo con el que presuntamente es castigado el heredero al trono británico.
Ningunear, de acuerdo con la RAE, es no hacer caso de alguien, no prestarle atención, y también puede significar menospreciar a alguien. Leo el texto de El Mundo y me parece que quienes ningunean a Carlos no son sus consuegros, los Middleton, sino su primogénito, el príncipe Guillermo, y la mujer de éste, Kate Middleton.
Al fin y al cabo, es el Duque de Cambridge quien tiene el vínculo de sangre con el Príncipe de Gales -lo que implica o debería implicar tener un trato frecuente-, pero por lo visto prefiere pasar más tiempo con los padres de su señora que con el suyo propio. Es decir, Guillermo y Kate ningunean a Carlos y hacen más caso a los Middleton. En mi opinión, la noticia está en que Carlos cree que Guillermo se ha "middletonalizado", como afirma la crónica, y no en la aparente falta de contacto entre consuegros.
El artículo señala que al hijo mayor de la reina Isabel II le incomoda que Michael y Carol Middleton sean "protagonistas demasiado a menudo de las páginas de los medios de comunicación". No sé hasta qué punto los padres de Kate protagonizan las portadas. En caso de que la atención recibida por ellos sea o llegara a ser mayor que la dedicada al príncipe Carlos, éste estaría siendo ninguneado, pero no por los Middleton, sino por la prensa.
Desde mi punto de vista, hay dos opciones para titular correctamente esta crónica. Si se elige destacar el enfriamiento de la relación entre padre e hijo, podría valer Carlos de Inglaterra, ninguneado por Guillermo y Kate. Y si se opta por el creciente protagonismo mediático de sus consuegros, bastaría con cambiar una sola palabra del titular publicado por El Mundo: El príncipe Carlos de Inglaterra, eclipsado por los Middleton.
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