martes, 13 de noviembre de 2012

Un ejemplo de cómo no titular una entrevista

Se supone que este artículo de El Norte de Castilla es una entrevista en forma de reportaje -o reportajeada, si se me permite el palabro-. Toda entrevista debe tener como titular una declaración entre comillas del entrevistado. Una oración que comunique a los lectores la principal idea que el periodista ha extraído de las respuestas de su interlocutor. Y lo que es más importante: esa idea debe entenderse por sí sola, sin necesidad de leer el texto de la entrevista.


Esta frase no dice absolutamente nada:


Todo han sido facilidades ¿para qué? ¿En qué han consistido esas facilidades? Explicar que el autor de esas declaraciones es el dueño de una clínica especializada en oftalmología veterinaria no ayuda a comprender nada. Este caballero puede haber tenido facilidades para encontrar clientes, para abrir su negocio, para tener un buen local o para lo que sea. Si "todo han sido facilidades" es la principal idea con la que la firmante de la entrevista se ha quedado, la conversación con el veterinario tuvo que ser de lo más anodino.

Pero no lo fue. En el texto podemos ver una declaración entrecomillada que bien habría servido para sacar un titular: "Este servicio no se oferta ni en Valladolid ni en Castilla y León -si se exceptúa el hospital de la Facultad de Veterinaria de León-, por lo que la zona de influencia de la clínica es bastante amplia". El titular no tiene por qué ser una declaración estrictamente textual del entrevistado, sino que de lo dicho por éste se puede extraer un titular perfectamente válido: "En Castilla y León casi no hay servicios de oftalmología veterinaria".

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