sábado, 28 de febrero de 2015

La locura de Charly Rexach según 'El Confidencial'

Leo este titular en El Confidencial y no me parece que Charly Rexach haya perdido el juicio. Y la lectura de la noticia tampoco me da razones para pensar que el exfutbolista y exentrenador del Barcelona haya dicho algo tan grave como para tildarlo de enfermo de la azotea:


Frases como esa o como "Luis Enrique ha empezado con demasiadas normas, el que no entrena no juega. A ver qué pasa cuando no entrene Messi y lo necesite" o la que le dedica a Florentino Pérez y su club galáctico ("Del Bosque y Di María son muy feos para el Madrid") o lo que cuenta del origen del desencuentro entre Pep Guardiola y el desaparecido Tito Vilanova no son tan desconcertantes como para llamar a Rexach loco sin ponerlo entre comillas

Otros medios dan la misma noticia, pero usando descripciones que, si bien pedestres -el diario Sport lo llama "rajada"-, al menos son más acertadas que la usada por El Confidencial en ese artículo sin firma. 

Desde aquí propongo al responsable del texto algunas ideas para comentar la salida de tono del hoy miembro de la comisión técnica del Barça: los exabruptos de Charly, Rexach atiza a Messi, Rexach se despacha a gusto, ataque de sinceridad de Rexach, Messi, Luis Enrique, Florentino... Rexach no deja títere con cabeza... Vamos, no hay que estrujarse mucho el seso. Se admiten sugerencias.

lunes, 16 de febrero de 2015

La monarquía y la república son formas de gobierno

Me aburrí mucho estudiando la carrera de Derecho. Muchísimo. Tanto que jamás quise encaminar mi vida profesional en esa dirección. Pero, pese al tedio, aquellos años aprendí algunos conceptos clave que conservo a buen recaudo en mi memoria. Más bien pocos, pero tan ciertos como que tras la noche llega el día. 

De uno ya hablé hace tiempo en este blog. Y hoy toca hablar de otro muy de actualidad desde que en la política española se plantea la posibilidad de un referéndum para que los ciudadanos elijan entre monarquía y república. 



Lo marcado en rojo es una de las muchas definiciones que en la prensa se dan por ciertas sin serlo. Una gran cantidad de diarios nos cuentan que la monarquía y la república son formas de Estado, pero no lo son. En su lugar, tanto una como otra son formas de gobierno

Por fortuna, en algunos medios se explica correctamente -se nota que consultan a profesores de Derecho Constitucional-, pero abundan las meteduras de pata. Quizá los periodistas las cometen porque entre los propios políticos hay quienes desconocen la diferencia entre una y otra forma. Sin embargo, eso no es excusa para los profesionales de la información, entre cuyas tareas, aparte de reproducir las declaraciones de los personajes públicos, también está el uso adecuado del lenguaje.

En una democracia, la forma de Estado no hace alusión a quién ostenta la jefatura de ese Estado -un monarca hereditario o un presidente elegido-, sino a la organización territorial del mismo. De esta forma, y en su clasificación más básica, un Estado puede ser unitario o federal. En el primero hay un solo centro de poder político, mientras que en el segundo el Estado está dividido en entidades con autonomía e incluso soberanía para sus asuntos internos

Ejemplos claros de Estado federal son los de Alemania, México Estados Unidos. En cuanto a los unitarios, son mayoría en el mapa del mundo, pero cada uno tiene sus peculiaridades. Por ejemplo, España, cuya forma de Estado, el de las autonomías, está realmente a caballo entre el unitario y el federal. 

La monarquía y la república son entonces formas de gobierno, un concepto que también se denomina forma política del Estado. Así lo hace la Constitución Española de 1978 en su artículo 1.3. Esta definición en el texto constitucional es una manera de rizar el rizo, pero nunca puede dar lugar a abreviarla llamándola "forma de Estado". ¿Es lo mismo la Caixa que Catalunya Caixa? No. ¿Y Consejo Europeo y Consejo de Europa? Tampoco. 

domingo, 8 de febrero de 2015

Los de Ancelotti no son los de Mourinho

El título de esta entrada no habla de adhesiones a un entrenador cualquiera por parte de los futbolistas que están o estuvieron a sus órdenes. Sencillamente trata de diferenciar el presente del pasado y de dar a cada uno lo suyo.

El titular y el sumario bajo estas líneas ilustraron la portada de elmundo.es poco después de que finalizara el partido de Liga que enfrentó ayer a Atlético de Madrid y Real Madrid (4-0):



Más adelante, cuando la actualidad iba restando protagonismo a lo ocurrido en el estadio Vicente Calderón, la sección deportiva de la web de El Mundo lucía una modificación que corregía lo subrayado en rojo:









Referirse a la plantilla actual del Real Madrid como el grupo de Ancelotti o los de Ancelotti es plenamente acertado, pues ese es el nombre de quien entrena el equipo desde el verano de 2013. Por ejemplo, los de Ancelotti fueron vapuleados por el Atlético. Sin embargo, no puede aplicarse esa denominación cuando se habla del Madrid anterior a la llegada de Carlo Ancelotti al banquillo blanco. 

Si decimos "el grupo de Ancelotti no sufría un varapalo de tal calibre desde que perdió 5-0 con el Barça de Guardiola" le estaremos atribuyendo al técnico italiano una culpa que no es suya. Cuando el Madrid encajó aquella goleada, en noviembre de 2010, quien estaba al mando de los madridistas era José Mourinho. Por consiguiente, no fueron los de Ancelotti quienes mordieron el polvo en aquella aciaga visita al campo del Barça. 

Si el periodista quiere definir al Madrid como los de Ancelotti, puede hacerlo siempre y cuando se refiera a hechos ocurridos bajo su etapa como entrenador del club, pero no los de otras épocas. Aunque quienes seguimos el fútbol podemos entender la frase pese al error, el informador tiene la misión de escribir para todo tipo de lectores: en este caso, tanto los que están al corriente de la actualidad deportiva como los que no lo están. Y estos últimos no tienen por qué saber si Ancelotti fichó hace pocos o muchos años por el club para el que hoy trabaja.

Quienes no estén convencidos de la conveniencia de esta entrada, podrían imaginarse lo siguiente: si tras el mencionado 5-0 sufrido por el Madrid en el Camp Nou algún medio hubiese dicho que "el Barça volvió a golear a los de Mourinho, que recordaron la trágica imagen del 2-6", seguro que a Mou le habría faltado tiempo para exculparse de una goleada en la que no tuvo responsabilidad alguna. Cuando el histórico 2-6, el entrenador madridista era Juande Ramos

viernes, 6 de febrero de 2015

Carlos de Inglaterra, 'el Ninguneado'

Según este artículo de El Mundo, Carlos de Inglaterra, el eterno Príncipe de Gales, tiene un nuevo disgusto que añadir a su lista: 



No me voy a centrar en la errata ni en las repeticiones rodeadas en los subtítulos, sino en el ninguneo con el que presuntamente es castigado el heredero al trono británico

Ningunear, de acuerdo con la RAE, es no hacer caso de alguien, no prestarle atención, y también puede significar menospreciar a alguien. Leo el texto de El Mundo y me parece que quienes ningunean a Carlos no son sus consuegros, los Middleton, sino su primogénito, el príncipe Guillermo, y la mujer de éste, Kate Middleton

Al fin y al cabo, es el Duque de Cambridge quien tiene el vínculo de sangre con el Príncipe de Gales -lo que implica o debería implicar tener un trato frecuente-, pero por lo visto prefiere pasar más tiempo con los padres de su señora que con el suyo propio. Es decir, Guillermo y Kate ningunean a Carlos y hacen más caso a los Middleton. En mi opinión, la noticia está en que Carlos cree que Guillermo se ha "middletonalizado", como afirma la crónica, y no en la aparente falta de contacto entre consuegros. 

El artículo señala que al hijo mayor de la reina Isabel II le incomoda que Michael y Carol Middleton sean "protagonistas demasiado a menudo de las páginas de los medios de comunicación". No sé hasta qué punto los padres de Kate protagonizan las portadas. En caso de que la atención recibida por ellos sea o llegara a ser mayor que la dedicada al príncipe Carlos, éste estaría siendo ninguneado, pero no por los Middleton, sino por la prensa.

Desde mi punto de vista, hay dos opciones para titular correctamente esta crónica. Si se elige destacar el enfriamiento de la relación entre padre e hijo, podría valer Carlos de Inglaterra, ninguneado por Guillermo y Kate. Y si se opta por el creciente protagonismo mediático de sus consuegros, bastaría con cambiar una sola palabra del titular publicado por El MundoEl príncipe Carlos de Inglaterra, eclipsado por los Middleton

jueves, 5 de febrero de 2015

Escapar vivo y perdonar la vida

No vi el partido que enfrentó a Real Madrid y Sevilla (2-1) en el Santiago Bernabéu, pero sí este titular que pretende resumir los apuros que debió de pasar el equipo local en los últimos minutos:



¿Qué es eso de escapar vivo? ¿Es que puede alguien escaparse muerto? Difícil imaginar un cuerpo inerte moviéndose por sí solo.

Tecleo "escapar vivo" en Google y casi todos los enlaces me llevan a noticias de deportes, especialmente partidos de fútbol y baloncesto. Y en todos ellos lo que se quiere decir es que uno de los equipos contendientes estuvo muy cerca de conseguir un resultado positivo, pero acabó frustrando sus expectativas, en general por sus propios errores. En otras palabras, perdonó la vida a su rival

Eso de que se nos han escapado vivos puede sonar muy bien, tiene fuerza, es una especie de epíteto, pero carece totalmente de sentido por lo ya comentado dos párrafos más arriba. Una cosa es que se trate de declaraciones textuales de algún jugador -allá él con lo que diga-, y otra que sea el redactor quien escriba que tal equipo dejó escapar vivo a su contrincante. En este caso, estará publicando algo tan reiterativo e innecesario como subir arriba o entrar dentro. O que los futbolistas corren con sus piernas. 

Hablando de escapadas y de vivos, hay una expresión perfectamente válida para que el perseguido narre la persecución, y es no me cogeréis vivo. Si uno persigue a su enemigo y lo atrapa, éste podrá estar vivo o muerto en el momento de echarle el guante. Pero los que logran escaparse por sus propios medios sólo pueden estar vivos. 

martes, 3 de febrero de 2015

ISIS: decapitar o degollar, ejecutar o asesinar

La palabra rodeada en el siguiente titular puede verse en cualquier medio en español cada vez que se habla de los crímenes del grupo terrorista Estado Islámico (EI o ISIS si se aplican sus siglas en inglés): 



No he visto vídeos del momento exacto de la muerte de James Foley, Kenji Goto y otros rehenes a los que el ISIS segó la vida, pero sí imágenes de los instantes previos a la perpetración del crimen, y me parece complicado que un hombre pueda decapitar a otro usando un cuchillo como arma homicida. Lo que han hecho esos terroristas es cortar el cuello a sus víctimas, una acción que en lengua castellana se expresa con la palabra degollar

Quienes sostienen que decapitar es lo mismo que degollar ¿dirían también que una persona a la que se le ha cortado la cabeza ha sido víctima de un degüello? ¿Fue entonces degollado Pompeyo el Grande? ¿Y Juan el Bautista? ¿Y Juan Bravo? ¿Y qué decir de Ana Bolena y Tomás Moro? ¿Y de Luis XVI, María Antonieta y Robespierre? Seguro que en esos casos no aceptarían de ningún modo jugar a los sinónimos. 

Leo la prensa en inglés y veo que utilizan la palabra behead, cuya traducción es decapitar. Luego busco degollar en un diccionario español-inglés y compruebo que en la lengua de Shakespeare no hay una palabra específica para describir esa acción. Para hacerlo, han de decir lo equivalente a cortar la garganta

Los angloparlantes son muy dados a los titulares escuetos y directos. Por ello, una acción que requiere más de una palabra para definirse casa mal con su mentalidad. Desconozco si esa es la razón del uso de behead, pero desde luego la palabra inglesa no debe servir a la prensa hispanohablante de modelo a seguir -si es que ese es el motivo de que nuestros medios utilicen decapitar, algo que también ignoro-. Sea en el idioma que sea, el ISIS degüella a sus víctimas, no las decapita

A continuación, otro error frecuente en los medios españoles al tratar la información sobre este grupo terrorista:



Si los secuestradores anuncian que van a "ejecutar" a su rehén, esas son sus palabras y es correcto publicarlo así -a ser posible, sin omitir las comillas-. Los captores se creen legitimados para matar, pero realmente no lo están. De esta forma, una vez perpetrada su acción, lo que han cometido es un asesinato y así deberá reflejarlo la prensa. Para ellos será una ejecución, pero no puede serlo para nosotros.  

Parece que las cosas tienen que afectarnos directamente para que las llamemos por su nombre. ¿Se imaginan a la prensa definiendo la muerte de Miguel Ángel Blanco a manos de ETA como una ejecución? Ni por asomo. Aquello fue un asesinato en toda regla, y lo mismo han sido los crímenes del ISIS.